2016, un año lleno de éxitos biotecnológicos

arboles

Nadie puede demostrar un solo peligro de los transgénicos” es una de las frases que marcó este 2016; esta frase la dijo Marc van Montagu, durante la sesión inaugural del seminario ‘Agrobiotecnología y bioeconomía sostenibles’, que se celebró en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en España. A él se le unió el Dr. Timothy Griffin, profesor asociado de Friedman School of Nutrition Science and Policy y director del programa de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de Tufts University, quien publicó un informe corroborando que los alimentos derivados de cultivos transgénicos son tan seguros como las opciones convencionales.

Aunque otros tantos estudios y muchos investigadores más publicaron beneficios de estos 20 años de comercialización, tal vez el suceso científico más importante del año fue la carta firmada por 110 ganadores del premio nobel, de los 296 que están vivos, donde piden a la organización ambiental Greenpeace que ponga fin a su oposición a los organismos genéticamente modificados (OGM). “Instamos a Greenpeace y sus seguidores a examinar la experiencia de los agricultores y los consumidores en todo el mundo con cultivos y alimentos mejorados mediante la biotecnología, reconocer las conclusiones de los organismos científicos competentes y los organismos reguladores, y abandonar su campaña contra ‘los organismos modificados genéticamente’ en general y en particular contra el arroz dorado”, pidieron los premios nobel. (Lea: Más de 100 Premios Nobel firman carta contra Greenpeace y su oposición a los OGM).

El 2016 es un año que demuestra que los OGM cuentan con el respaldo de la ciencia, en 2016 organizaciones internacionales y gobiernos reconocieron la importancia de esta tecnología. Por ejemplo, la Organización de las Nacionales Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) pidió que los agricultores de países en vía de desarrollo tengan acceso a la biotecnología agraria, durante el simposio “La función de las biotecnologías agrícolas en los sistemas alimentarios sostenibles y la nutrición” celebrado del 15 al 17 de febrero en Roma (Italia). Además de esta importante organización, organizaciones políticas como el partido verde de Australia, Green Mull, y el Comité parlamentario británico de Ciencia y Tecnología, han alertado a sus gobiernos sobre el riesgo de prohibir los transgénicos por cuestiones políticas.

Además de estos, durante la conferencia “Retos y oportunidades en política de salud y alimentaria”, el comisario europeo de salud y seguridad alimentaria, Vytenis Andriukaitis, defendió el papel que juega tecnología moderna para afrontar los retos agroalimentarios de una población que, según el Instituto Francés de Estudios Demográficos (INED), superará los 9.000 millones de personas. (Lea: Comisario europeo de salud y seguridad alimentaria apuesta por la ciencia para afrontar retos agroalimentarios)

Otro hecho importante de este año son los nuevos productos que entraron a hacer parte de la familia biotecnológica. Organizaciones de control y regulación como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y el El Ministerio de la Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (MAPA, por sus siglas en portugués), luego de años de investigación y pruebas, dieron su aval para la comercialización de piña rosada, alta en el antioxidante licopeno (un compuesto con propiedades anticancerígenas); papa GM, para resistir el patógeno que causó la hambruna de papa irlandesa; la manzana Fuji, modificada para ser resistente a la oxidación enzimática; y el banano GM, resistente a la sigatoka amarilla, la sigatoka negra y el mal de Panamá, entre otros.

El 2016 fue un excelente año para la ciencia y la agricultura, donde la biotecnología vegetal agrícola pudo seguir demostrando que es una excelente herramienta para darle una mejor calidad de vida a los productores del campo, para combatir el cambio climático y para que podamos alcanzar la seguridad alimentaria. A 20 años de su adopción, la biotecnología agrícola ha seguido proporcionando importantes beneficios económicos y ambientales, lo que permite a los agricultores cultivar más con menos recursos, al tiempo que ofrecen grandes beneficios medioambientales para todos los ciudadanos. (Lea: Beneficios económicos de cultivos genéticamente modificados alcanzaron 150 mil millones de dólares)

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